La garita es un invento enormemente práctico, pues protege a su único habitante de las inclemencias del tiempo, así como de las balas, si las hubiera,
de un fuego cruzado. En la actualidad pueden construirse con materiales prefabricados, de manera que son fáciles de trasladar y de montar aquí o allá para acciones puntuales como un control de antígenos, por ejemplo, que es para lo que sirve la de la foto, instalada en Shanghái. Como ven, todo en ella está al servicio de la seguridad del sanitario encargado de realizar las pruebas.
Es tal la versatilidad de estas arquitecturas que cuando pasas frente a una de ellas no sabes si sacar el pasaporte, el tique delAhora bien, la garita es asimismo una productora voluntariosa de orfandad. En pocos lugares se está más solo que en su interior.