Árboles jurídicos en un bosque político
En la sala central del Tribunal Supremo todavía arden las brasas de la intervención del martes de Jordi Cuixart, elevado a máster de la desobediencia civil gracias a un interrogatorio que hizo evidente una estrategia fiscal delirante, centrada en la volátil realidad de Twitter. La energía y la astucia del acusado fueron más convincentes que la tediosa asepsia de la acusación. Hoy, en cambio, toca testigos.
Hemos resumido esta noticia para que puedas leerla rápidamente. Si estás interesado en la noticia, puedes leer el texto completo aquí. Leer más: