El envío de cocaína desde América Latina no deja de aumentar y muchos jóvenes de Rotterdam ven en esto una oportunidad de hacer dinero fácil… A veces, es la vida lo que arriesgan.
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"Los descubrimos hace unos dos años", afirma Andre Kramer, propietario de una compañía logística en el puerto. A comienzos de septiembre, nueve jóvenes se vieron atrapados después de que se atrancara la puerta del contenedor en el que se ocultaban, en parte lleno con troncos. Tardaron 4 horas en encontrarlos. Algunos de los hombres tuvieron que ser hospitalizados por dificultades respiratorias. Por motivos de seguridad, Janse, que lleva siete años como jefe de policía del puerto, prefiere no revelar cómo encontraron a los recolectores.En 2014 las autoridades interceptaron más de 5.000 kilos de cocaína en el puerto. En 2020 esa cifra había crecido hasta los 41.000 kilos."Estimamos que este año van a ser 60.
"Es difícil hacer nuestro trabajo sin alguien de dentro, como un agente de aduanas. Puede que saque de la lista un contenedor que debía ser inspeccionado"."Cuando un agente de aduanas dice que no, amenazas a sus hijos. Entonces dice que sí muy rápido", cuenta el joven encapuchado. "Las mafias están muy bien organizadas. Tienen su CEO, sus recursos humanos, personal y captadores", dice Nadia Barquioua, fundadora de JOZ, una organización de apoyo a los jóvenes.
"Debemos enseñarles que ganar dinero de una manera normal es mucho más seguro y que tienen oportunidades en la ciudad", expica Barquioua.Y en el puerto de Rotterdam hay cada vez más recolectores de droga.