Entre risas, gritos y emocionadas palabras a sus «chicas grandes» Lizzo hizo desear al público que jamás abandonase el escenario.
En la serie, hace de una mujer soltera, adinerada e inestable y adicta a los caftanes, que trata de recuperarse de la muerte de su madre y viaja sola a unde lujo para esparcir las cenizas y encontrar algo del afecto. Este papel, en una serie que trata la lucha de clases y el privilegio blanco como ninguna, ha puesto de acuerdo a crítica y público y le ha valido el Emmy.
La actriz, que estaba viviendo probablemente el momento más importante de su carrera, ha intentado por todos los medios que no le cortaran el discurso de agradecimiento, pero la organización no ha tenido piedad y le ha subido la música para que no se le oyese hablar. Coolidge se ha puesto a bailar para, al menos, quedarse sobre el escenario saboreando un poco más el premio.