Piensa Mira que, a veces, el destino puede ser burlado. Solo a veces, y a costa de un sacrificio extremo. El suyo, destino y sacrificio, parecían escritos...
Esta atleta nepalí se ha convertido en un ejemplo de superación por su complicada vida.
Piensa Mira que, a veces, el destino puede ser burlado. Solo a veces, y a costa de un sacrificio extremo., cuando llegó al mundo en un diminuto punto del planeta, una aldea en Nepal donde se levantaban, a duras penas, tres cabañas. Lejos de todo. Allí creció Mira Rai con cuatro hermanos más, tres chicas y dos chicos, una pequeña maldición para sus padres:"Ellos querían chicos porque en mi país ellos trabajan, estudian y pueden tener un futuro.
, ofreciendo a los jóvenes la oportunidad de unirse a filas."Era mi ocasión de cambiar, aunque yo todavía no lo sabía. En el ejército trataban igual a chicos y chicas y allí podríamos comer dos veces al día. Mira, a espaldas de sus padres, se alistó. Les dijo que apenas serían unos días fuera de casa, y fueron dos años.