La triste historia de la destrucción del paraíso del pueblo innu Vía Elasombrario
Cuatro muchachos innus. Foto: Judith-Pauline White. Alika Podolinksy Webber fonds. Library and Archives Canada.‘Kukum’,la destrucción del territorio innu.
“No les vale con cortar los árboles –rabiaba–, es toda la vida lo que destruyen: los pájaros, los animales… Talan hasta el espíritu mismo del bosque. ¿Cómo pueden ser tan crueles unos hombres?”. Nitassinan se transformaba, pero nos negábamos a verlo. O tal vez fuera que simplemente no podíamos. ¿Cómo imaginar un bosque arrasado? El tiempo se aceleraba, pero nosotros seguíamos viviendo al ritmo del bosque agonizante, porque no conocíamos otro.
Miles de árboles cortados flotaban en la superficie de Pekuakami, empujados por la corriente. La madera venía del río. Nuestro río, en el que danzaban unos hombres armados de largas astas provistas de ganchos de metal en el extremo con las que sacaban de entre las rocas los troncos atrapados por la corriente.
A finales de verano, cuando reaparecieron los aviones, los niños volvieron a marcharse a Fort George. Nos esperaba otro invierno sin ellos. Eso también alimentó la cólera.