La recaudación del impuesto sobre carburantes constata un freno en el consumo por el alza de precios Lo cuenta DiegoLarrouy
La fiscalidad de los carburantes protagonizó durante la pasada primavera un intenso debate ante las subidas de precio del petróleo agravadas por la guerra de Ucrania. Múltiples fueron las propuestas para rebajarlo, pese a que alguno de estos tributos, como el impuesto especial sobre hidrocarburos, no depende del precio sino del consumo. Finalmente, ganó la idea de bonificar el litro con 20 céntimos y el sistema fiscal se mantuvo.
Las estadísticas muestran, de hecho, que aunque en 2021 ya se recauda más que en 2019 los consumos han bajado. Entre enero y julio se han vendido 16.400 millones de litros de combustible, frente a los algo más de 17.000 millones que se adquirieron en 2019.