La débil mental. La opinión de karinasainz
’ me pide poner comillas cuando el personaje se dice, a sí misma, retrasada mental». «Dice que en su idioma, en el mío también, le digo. Por eso propongo cubrirnos con comillas. Eso equivaldría a usarNo es la primera vez que Harwicz enfrenta un episodio de este tipo. La intensidad de sus ficciones y del lenguaje que utiliza no se corresponde «con el clima de la época» le han dicho algunos editores de Estados Unidos. Les parece, atenta y son.
He aquí un ejemplo. «Cómo es posible este deseo repetitivo, molesto, el primo idiota de la familia que viene a interrumpir los desayunos al sol con medialunas con membrillo y termina tirándose por el balcón. El primo profundamente retardado que se toca la nariz, diciendo, nariz. Este deseo epiléptico, este deseo deforme, unal que hay que levantar entre dos y cargar como una carreta para poder coger sobre el colchón blando.
escribió sus ‘Cuentos misóginos’ y retrató en sus páginas a esas mujeres trastornadas, no lo hizo para estigmatizarlas, tampoco para salvarlas. Sólo para contarlas. Hay autores que irrumpen como los vinagres: para hacer que, incluso aquellas de las que no teníamos conciencia. La vida hiede, mancha, pringa. Es mostrenca e imperfecta. Y aunque al mundo le ofenda,