El actor estrena la comedia ‘La vida padre’, sobre un cocinero amnésico en Bilbao. “Lo más vasco que hay en mi casa soy yo”, bromea. Por gbelinchon
y usted ha dicho que ha sido meticuloso por respeto a los mayores que pierden la memoria como su madre.Ay, mi madre, la pobre. Me he fijado también en ella porque los actores somos de así de asquerosos, espiamos y absorbemos. Por ejemplo, le digo: “Venga, mamá, levántate y vamos a esa silla”. Y me responde: “Ahí, ¿por qué?”. Esa réplica la hago mucho en la película.
Los cocineros han sabido transmitir que los vascos somos gente que nos gusta vivir, que hacemos las cosas bien y con mimo”Bueno, pero es que en los peores momentos del terrorismo, cuando en los telediarios el 25% de su tiempo estaba ocupado por la violencia en el País Vasco, los mejores embajadores que teníamos en el mundo eran los cocineros.