El ministro japonés de Digitalización promete eliminar herramientas burocráticas obsoletas. El USB podría ser el próximo soporte físico en desaparecer
El disquete nace en 1964 de la mano de Alan Shugar en IBM. Se le denominó floppy disk y tenía 20 centímetros de diámetro, pero fueron reduciendo su tamaño hasta los casi 9 centímetros actuales. Con el tiempo, también acabaron cambiando su nombre a diskette . Su creación fue toda una revolución, dado que los discos duros del momento, creados 11 años antes, eran tremendamente aparatosos por su gran envergadura.
Sin embargo, el lento proceso de digitalización institucional ha provocado que en muchos países se tardara varias décadas en sustituir el disquete en los procesos administrativos, e incluso en algunos se sigue utilizando. Es el caso de Japón, donde el recién nombrado ministro japonés de Digitalización, Taro Kono, ha encendido las redes este miércoles al lanzar un tuit donde declara “la guerra” a los disquetes.
Uno de los compromisos del ministro es eliminar de la burocracia las herramientas obsoletas, como el fax o el hanko, un sello rojo tallado que sigue siendo necesario para firmar documentos oficiales, como las licencias de matrimonio. Intentó frenar el uso de ambas cuando fue ministro a cargo de la Reforma Administrativa, pero las dos siguen siendo muy utilizadas. “Vamos a revisar estas prácticas rápidamente .
Otros países Estados Unidos. Japón no es el único país que se resiste a soltar el disquete. Hasta hace pocos años, Estados Unidos aún lo empleaba para contener su programa nuclear. No fue hasta 2019 que trascendió públicamente que el gigante norteamericano había comenzado a reemplazar los disquetes.