Es una enfermedad benigna muy frecuente en los hombres a partir de los 50 años, que no está asociada al desarrollo de cáncer de próstata.
Por eso, es importante acudir al especialista en urología, ante su aparición, para que realice una evaluación exhaustiva, con el fin -indica el profesional-"de poder estudiar y establecer el diagnóstico diferencial entre los síntomas derivados de la propia hiperplasia benigna y de los que pueden aparecer en otras patologías".
De no tratar esta enfermedad cuando se presenta una sintomatología florida y un deterioro en mayor o menor grado de la calidad de vida del paciente, puede ser motivo de múltiples consecuencias tales como las siguientes:; litiasis urinaria; insuficiencia renal crónica hasta el extremo de precisar diálisis o fracaso vesical por deterioro del músculo detrusor, no recuperable, quedando como secuelas vejiga hipocontráctiles, incapaces de vaciarse y siendo necesario el...