¿Dónde están las artistas en los libros de historia? Eugenia Tenenbaum empezó a cuestionarse esto cursando tercero de Historia del Arte. Varios años después, es una de las divulgadoras de arte más seguidas de la Red en castellano
. Ahora podemos hacer divulgación con sentido del humor, pero es muy duro luchar con los esquemas férreos de la academia: ¿cómo vas a demostrar que dos monjas del siglo XV que se enviaban encendidas cartas eran mucho más que “amigas intensas” y que en realidad se comían la boca?Necesitamos deconstruir y desacralizar la figura del genio. Para conseguirlo, hay que contextualizarlo. Los museos no son solo espacios expositivos, son entornos educativos.
Violencia epistémica es que le preguntes a un profesor en clase por qué no hay mujeres artistas en un libro y te conteste que si no están es porque no existíanGuerrilla Girls, sí. Varios informes de Mujeres en las Artes Visuales de los últimos años también han criticado que en el museo del Prado, casi las tres cuartas partes de las obras adquiridas en este siglo son de hombres. Y que, aunque las mujeres son las que más se matriculan en las carreras de Bellas Artes, en el terreno laboral, su representación es inferior al 30%.
El cuerpo de la mujer es un mecanismo de control: Eva y Lilith contra la Virgen María. Son dos estereotipos monolíticos que, aunque se han ido diversificando, siguen ahí: o santas o putasRescata historias como la de Elisabetta Sirani, una pintora del Renacimiento a la que vigilaban sus clientes porque no creían que aquellas obras de arte las pintase una mujer.Su historia es muy paradigmática.