En Lappeenranta, una ciudad de Finlandia que hasta ahora mantenía buenas relaciones comerciales con Rusia, la memoria de la invasión soviética y las amenazas del Kremlin acercan a los finlandeses a la OTAN
Hace tan solo cinco años, el apoyo de Ikonen a entrar en la OTAN la habría situado entre la minoría de finlandeses partidarios de esta opción, ya que las encuestas mostraban que solo el 21% de la población apoyaba la adhesión a la alianza, una cifra que no fluctuó mucho durante décadas.
En las encuestas realizadas tras la invasión, aproximadamente el 60% de los finlandeses se han mostrado a favor de solicitar la adhesión a la OTAN, un nivel de apoyo que Stubb cree que aumentará en las próximas semanas. “Si Rusia está dispuesta a masacrar a sus hermanos eslavos en Ucrania, ¿por qué no iba a hacer lo mismo con Finlandia? Muchos finlandeses se han levantado y han dicho: '¡Basta! Ha llegado el momento de unirse a la OTAN”, dice.
Sin embargo, la rapidez con la que han cambiado las opiniones ha sorprendido incluso a quienes siguen de cerca la política finlandesa. “La solidaridad del pueblo finlandés con Ucrania es enorme. Estamos viendo muchas comparaciones entre Ucrania y la Guerra de Invierno en los medios de comunicación, en los debates públicos”, explica Arkady Moshes, del Instituto Finlandés de Asuntos Internacionales. Según Moshes, muchos finlandeses “evocan instintivamente las historias” de la Guerra de Invierno cuando ven a Ucrania luchando contra un vecino más grande y poderoso que ellos.