Es imprescindible reconsiderar si todo lo que se ha legislado perjudica innecesariamente a la empresa del continente
Hace unos días hemos conocido el informe conducido por Mario Draghi sobre la competitividad europea, que se une al anteriormente realizado por otro peso pesado de la política del continente como Enrico Letta. El diagnóstico es conocido: Europa crece menos que sus competidores y se enfrenta a retos diversos que pueden lastrar aún más su crecimiento en el futuro.
A pesar de la urgente necesidad de avanzar en las medidas propuestas, o en otras que las instituciones europeas puedan considerar relevantes, no parece que el presente contexto político vaya a facilitar las cosas: aunque el Parlamento Europeo muestra todavía una clara mayoría de los partidos más europeístas, lo cierto es que el avance de los extremistas de uno y otro signo, e incluso su presencia en los Gobiernos, hará difícil alcanzar los necesarios acuerdos...