La publicación de 'La otra Tierra. Marte como utopía', de Daniele Porretta, nos hace reflexionar en torno al planeta rojo, quizá el próximo destino de vacaciones para millonarios y tránsfugas terrícolas
de la superficie marciana, tomadas por la nave-sonda de exploración Mariner 4, comenzó también el rápido e inexorable final de la visión romántica de Marte, negativa o positiva. Los canales eran tan imaginarios como los tentáculos de los marcianos de Wells. Marte, al menos la porción fotografiada y cartografiada por la NASA, eraImagen de Marte transmitida por la sonda Mariner 4 el 15 de julio de 1965.
Entre la depresión económica, el final de la Guerra Fría con su carrera armamentística, las críticas a sus fracasos y lento avance, así como, sobre todo, a las inversiones multimillonarias que no parecían ir a ninguna parte,entre los años 80 y primeros 90 del pasado siglo. A buen seguro, las promesas incumplidas del planeta rojo también contribuirían a ello .