El equipo de Ancelotti sufrió en la primera parte y superó al Inter en la segunda al quedarse con un jugador más
sufrió un auténtico asedio, pero en el que se las apañó no solo para sobrevivir, sino para marcharse en ventaja al descanso. El segundo tiempo ya fue otra cosa, una autopista para los blancos tras la expulsión de Nicoló Barella por agresión a Militão.
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