En el año 2000, el PP ya había iniciado los trámites legales para cerrar una granja porcina en un pueblo de Salamanca Por AlxTena
, los habitantes del municipio ya habían empezado a movilizarse para reclamar el cierre de una empresa porcina que había enturbiado el ambiente con malos olores y moscas.
En el año 2000, el recién elegido alcalde del PP, Román Javier Hernández Calvo, recogió las peticiones de su pueblo y decidió a actuar para tratar de cerrar las naves que, ubicadas a escasos metros de una zona residencial, llevaban años cobijando centenares de cerdos de engorde.
, y al ver que las licencias no estaban al día se abrió una ventana para la prohibición de la actividad y el cierre. El Hernández Calvo, que ahora compagina el cargo de alcalde con el de diputado provincial en la Diputación de Salamanca, aprovechó la coyuntura para modificar la normativa urbanística municipal y suspender posibilidad de que los propietarios pudieran renovar las licencias y reabrir las instalaciones.