Recordamos el atuendo de la novia en el 50º aniversario del enlace.
El novio vestía uniforme de gran gala de embajador, ya que lo era de España en Suecia, y la novia la última pieza firmada por Balenciaga.El dibujo del que durante su carrera gustó de esculpir sus creaciones sobre la modelo era de inspiración medieval
De los hombros, como en el diseño de boda de su progenitora, nacía una capa de siete metros de largo a modo de cola. Carmen recordaría años después que las pruebas en las que Balenciaga le hacía caminar de un lado para otro se le hicieron eternas. Para su elaboración se utilizaron, según la prensa social del momento, veinte carretes de hilo de plata, más de 10.000 perlas, 2.5000 brillantes pequeños, 2.200 medianos y 1.700 grandes, además de nácar y cristal.