El Gobierno mantiene su posición sobre el Sáhara pese a las medidas inamistosas de Argel
El Gobierno español no va a dar marcha atrás en su decisión de cambiar su postura sobre el conflicto del Sáhara, alineándose con la oferta autonomista de Marruecos, pese a
. El Ministerio de Asuntos Exteriores ha intentado templar gaitas con el país magrebí, y su titular, José Manuel Albares, ha respondido con buenas palabras al gesto inamistoso de Argel.
Las palabras de Albares no parecen haber calmado a las autoridades argelinas, que, pocas horas después, han anunciado que la Asociación de Bancos y Entidades Financieras ha enviado una instrucción a los bancos de su país anunciando la congelación de las domiciliaciones bancarias de las operaciones de comercio exterior de productos dirigidos o procedentes de España a partir de este jueves, lo que pone en riesgo el intercambio comercial entre los dos países.
Fuentes diplomáticas reconocen que la decisión de dejar en suspenso el tratado de amistad es un gesto político cuyas consecuencias resultan difíciles de prever. El tratado es en realidad una mera declaración de buena voluntad, una enumeración de principios y buenas intenciones, ayuno de compromisos prácticos.