Un grupo de investigadores de Varsovia descubre que el entorno ácido que se creó en el interior de la mujer tras su muerte lo “escabechó” y el posterior embalsamamiento lo secó
de la que se tiene constancia ha descubierto que el feto de la mujer embalsamada ha podido conservarse en su útero durante 2.000 años gracias a un proceso parecido, según los investigadores, al de la producción de “pepinillos en escabeche”. El grupo, del Proyecto de la Momia de Varsovia, también ha logrado explicar de esta manera por qué apenas ha perdurado algún hueso del feto, un vacío que impidió su detección hasta el año pasado.
La última sorpresa llegó el pasado mes de abril, cuando los investigadores del Proyecto de la Momia de Varsovia descubrieron, gracias a un análisis radiológico, que la mujer embalsamada estaba embarazada, el primer caso de este tipo que se conoce. El equipo también pudo determinar que la mujer murió entre los 20 y los 30 años, y que en el momento de fallecer se encontraba entre la semana 26 y 30 de su gestación.