Vivir con COVID persistente: 'Se me olvidaba para qué servía una taza de café'. Elizabeth pasó el COVID-19 en febrero de 2020 y, a día de hoy, sigue teniendo síntomas. 🖊 Luis Miguel Montes y Marina Altur
Un mes después del contagio, seguía sin encontrarse bien
, entre otros. En ocasiones, perdía la movilidad de un pie o se quedaba sorda de un oído. Sufría gastroenteritis agudas durante largos períodos de tiempo y los sarpullidos que le salían en la piel recordaban a la enfermedad de manos, pies y boca.Los síntomas más duros, sin embargo, fueron los de carácter . “En una videollamada, estaba intentando comunicar algo muy sencillo y no me entendían. De las risas, pasó a la preocupación”, cuenta.
. Al neurólogo, no le cuadraba su relato con cómo la veía físicamente: “Vio que no había lesiones, pero que algo tenía que estar pasando para que ocurriera eso en mi vida”.Tras el diagnóstico, todo cobró sentido. Hace unos meses, impulsó la, de la cual es presidenta. Su objetivo es encontrar respuestas y avanzar en tratamientos que mejoren su calidad de vida, pero también ayudar y acompañar a pacientes en su misma situación.