María y Gerard viven con su hijo en una antigua frutería de solo 18 metros cuadrados y sin ventanas en Barcelona. Pagan 550 euros y el Ayuntamiento no les ofrece una alternativa.
María, Gerard y su hijo llevan viviendo 12 años en 18 metros cuadrados, lo que ocupa la frutería que han convertido en su casa.La necesidad les empujó ha convertir ese el local sin ventilación en el barrio de El Raval de Barcelona en su casa."No tenemos ventanas.porque si cerramos eso aquí nos morimos".
y que ha convertido la vivienda en una mercancía en lugar de un derecho, como debería ser", denuncia Santi González, miembro del Sindicato de la Vivienda de El Raval.pero los enchufes siempre son un peligro latente ."Hay enchufes encima de la ropa, hay enchufes al lado de las camas. Cualquier cosa que pueda pasar, un chispazo, lo vamos a pagar muy caro", lamenta Gerard.
"Al pasar la desgracia que pasó en la plaza Tetuán, como que ha aflorado todo y estamos con miedo de que pase algo", explica María. De momento,, Gerard vuelve a bajar la persiana de su casa, una noche más.en el puesto 129 de la lista