ENTREVISTA | El investigador Alberto Quian: “Los hackers se interesan por la vida de los políticos cuando ocultan información que nos afecta” Por _raulnovoa
Desde sus inicios, a los hackers les han rodeado una serie de estigmas. Si pensamos en la imagen de un hacker se nos viene a la mente la de un joven con capucha y encerrado en su habitación. Probablemente, cometiendo algún delito en la, estos prejuicios han sido interpuestos por los poderes políticos y económicos de las élites. De hecho, fue Bill Clinton el primer presidente en declarar a los hackers como enemigos del Estado.
También se criminaliza muchas veces a webs de software libre por amparar el tráfico de armas, drogas, etc. En cuanto a ideología, hay una gran identificación con el anarquismo libertario. Se posicionan contra la homogeneidad, la alienación, el consumo impuesto por el sistema... En ese sentido, ¿cómo funciona ese activismo desde la ideología hacia lo que hacen en la práctica?
Parece que Pegasus es algo nuevo, pero ya se conocía. Lo que demuestra es que la cultura hacker tiene toda la razón. Es decir, que si puede venir alguien de fuera y robar datos, por ejemplo del Ministerio de Hacienda, con nuestros contratos, están exponiendo a los ciudadanos y demuestra que tienen razón cuando dicen que precisamente los que se han introducido son los que pueden llamar ciber mercenarios o ciberdelincuentes y realmente ellos quieren un Estado seguro.
El caso Anonymous es curioso. En el conflicto con Rusia apoyan a Ucrania. En círculos hackers se dice que no son los verdaderos Anonymous, que son nuevas generaciones que nada tienen que ver con los de hace diez o quince años. Dicen que los verdaderos están en otro lado y que no han declarado ninguna ciberguerra a Rusia. Claro que pueden estar siendo manipulados precisamente por determinados poderes políticos y económicos como Estados Unidos o empresas.